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La artrosis es una enfermedad degenerativa de las articulaciones. Es lo que, habitualmente y de modo coloquial, se conoce como «desgaste». En el caso de la artrosis cervical ese desgaste se sucede en los cartílagos situados entre las vértebras cervicales, provocando dolor en la zona del cuello y rigidez al realizar movimientos. Esta patología no es común en jóvenes y aumenta su incidencia a partir de los 50 años, aunque muchas veces pasa desapercibida al no provocar síntomas.
La columna vertebral esta formada por 3 segmentos principales: cervical, dorsal y lumbar.
Estos tres segmentos están formados por vértebras y dichas vértebras se articulan entre ellas. Para que estas articulaciones no se dañen al realizar movimientos o recibir impactos, la superficie del hueso por el cartílago. Cuando este cartílago se degenera o «desgasta» se produce la artrosis. En el caso de la artrosis cervical estos desgastes del cartílago se suceden en el segmento cervical.
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En 2 minutos puedes evaluar tus síntomas con nuestra tecnología para saber la causa de tu dolor.
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Para aliviar los síntomas sigue los siguientes consejos:
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Durante la fase aguda es recomendable el reposo del cuello disminuyendo las horas de trabajo o mejorando la calidad del descanso por la noche mediante una almohada baja y cómoda.
El calor local se puede aplicar varias veces al día durante pocos minutos (10-15 minutos) mediante una manta eléctrica, un chorro o una bolsa de agua.
Los ejercicios se deben de realizar en la fase estable de la patología, es decir, cuando haya pasado la fase aguda. Hay que realizar, por una parte, movimientos de cuello lentos y de amplitud máxima y, por otra parte, ejercicios específicos de fortalecimiento de la musculatura del cuello.
Los grupos de riesgo para prevenir el desarrollo de la enfermedad tiene que llevar una dieta sana y equilibrada, realizar ejercicio físico de forma moderada y evitar la obesidad.
Evitar posturas que obliguen a mantener mucho tiempo el cuello flexionado (en el trabajo, delante del ordenador, con el móvil, etc.).
Evitar los movimientos forzados y gestos que puedan perjudicar la columna cervical como coger objetos pesados por encima de la cabeza.
El tratamiento conservador de la artrosis cervical, al ser una degeneración del cartílago, se centra en mejorar el dolor y la capacidad funcional de la articulación.
Para ello, los fisioterapeutas se centran en enseñar a los pacientes los hábitos de vida que pueden ser perjudiciales para el desarrollo de la enfermedad y como pueden remediarlos. Teniendo en cuenta estas medidas además de la terapia manual y los ejercicios terapéuticos se consiguen unas mejoras increíbles en la calidad de vida de los pacientes.
Para este tratamiento específico y personalizado es importante acudir a un centro de fisioterapia cualificado donde los fisioterapeutas expertos evaluarán la situación y determinarán el procedimiento a seguir.
Estas son las técnicas aplicadas en su tratamiento:
Técnicas de relajación
Técnicas de movilizaciones pasivas de la columna cervical
Ejercicios de fortalecimiento de la musculatura del cuello
Electroterapia
Ejercicios de control postural
